Aceite de oliva virgen extra

Imagen de varias botellas de aceite con la Serra de Tramunta na de fondo

El origen del aceite en Mallorca: una tradición con siglos de historia

Los orígenes del cultivo del olivo en la península ibérica se remontan a tiempos antiguos, cuando fueron los fenicios y los griegos quienes introdujeron este árbol milenario. Desde allí, el olivo llegó a Mallorca, donde encontró un entorno ideal para desarrollarse.

Las primeras referencias documentadas sitúan la exportación de aceite mallorquín ya en el siglo XIII, durante la época de la Corona de Aragón, cuando se enviaba a destinos como el norte de África, junto con otros productos agrícolas de la isla.

A partir del siglo XV, el aceite de Mallorca se consolidó como un producto de gran valor comercial, con exportaciones regulares y sostenidas, especialmente a través del Puerto de Sóller, que se convirtió en un enclave estratégico para el comercio marítimo de la época.

Varias aceitunas verdes

El auge del olivar en Mallorca: siglo XVI, una etapa de esplendor

Durante el siglo XVI, el cultivo del olivo y la producción de aceite vivieron un notable impulso en Mallorca, convirtiéndose en una de las principales fuentes de riqueza para muchas fincas de la isla. En aquella época, no era raro que las propiedades agrícolas contaran con su propia almazara, reflejo de la importancia económica y social del aceite de oliva.

La expansión del olivar se concentró especialmente en las zonas septentrionales y meridionales de la Serra de Tramuntana, al norte de la isla, donde las condiciones del terreno y el clima favorecían el desarrollo de los olivos. Esta tradición centenaria ha dejado una profunda huella en el paisaje y la cultura mallorquina, visible aún hoy en los antiguos bancales de piedra y en los olivos centenarios que pueblan la sierra.

Del olivo a la botella: el proceso de elaboración del Aceite de Oliva Virgen Extra d’Oli Ullaro

En nuestras fincas, la elaboración del Aceite de Oliva Virgen Extra combina tradición, cuidado artesanal e innovación tecnológica para garantizar la máxima calidad en cada gota. Todo comienza en el olivar y sigue un proceso meticuloso

Recolección manual o mecanizada
La cosecha se realiza en el momento óptimo de maduración, generalmente entre octubre y diciembre. Se emplean métodos que respetan el fruto y el árbol, evitando daños que puedan afectar la calidad del aceite.

Transporte inmediato a la almazara
Las aceitunas se trasladan en pocas horas desde el campo hasta la almazara para preservar su frescura y evitar fermentaciones indeseadas.

Limpieza y molienda
Una vez en la almazara, las aceitunas se lavan para eliminar impurezas. Luego se trituran (hueso incluido) hasta formar una pasta homogénea.

Batido de la pasta
La pasta se bate a baja temperatura (máximo 27 °C) para permitir la unión de las gotas de aceite. Este paso es clave para conservar los aromas, sabores y propiedades antioxidantes.

Extracción en frío
Se separa el aceite del resto de componentes (agua y sólidos) mediante procesos físicos, como la centrifugación. No se utiliza ningún producto químico, garantizando así un aceite 100 % natural.

Almacenamiento y conservación
El aceite se guarda en depósitos de acero inoxidable, protegidos del aire y la luz, para mantener todas sus propiedades hasta su envasado.

Envasado y distribución
Finalmente, el aceite se envasa bajo estrictos controles de calidad, listo para llegar a tu mesa con todo su sabor, aroma y autenticidad intactos.